Las herramientas eléctricas la evolución de las herramientas manuales

La productividad, término tan reñido a veces con lo que entendemos por afición, llegó a los talleres y, para ir más rápido en los trabajos, se incorporó un motor en las herramientas para sustituir la fuerza humana. Se empezó con motores de vapor en antiguas serrerías para, con el tiempo y la posterior utilización de la energía eléctrica, incorporar motores eléctricos a las herramientas.

El gran desarrollo de los motores eléctricos tuvo lugar en la última mitad del siglo XIX, pero sobre todo en el siglo XX. Muchas son las marcas que se atribuyen el primer taladro eléctrico no estacionario, y otras tantas las que hoy en día buscan su posicionamiento en un mercado muy fragmentado donde cada vez existen más máquinas, incluso en los hogares.

En 1837, L. Davenport fabricó el primer motor eléctrico de uso industrial. En torno a 1845, Charles Wheatstone reemplazó el imán perma­nente del motor por un electroimán accionado por una batería externa, logrando crear así un motor más eficaz. Posteriormente se fueron añadiendo diferentes mejoras e incorporando estos motores a herramientas eléctricas.

Presentamos algunas herramientas  eléctricas con su descripción y funcionamiento

Lijadora

Las lijadoras realizan el acabado sobre la madera, en vivo, dado que luego se pasa al pulido y el barnizado. Cualquiera que haya lijado a mano sin duda considera imprescindible tener una en su taller. Para nosotros, es la evolución natural del taco y de las hojas de lija.

Su función principal es la de lijar, pero también pule, alisa y desbasta piezas nuevas o tratadas con pintura o barniz. Ha dejado de ser una herramienta exclusiva del taller profesional para convertirse, por precio y manejabilidad, en una máquina práctica al alcance de cualquier bricoman. Las hay de diferentes tipos: de banda, orbi­tales, rotorbitales o excéntricas, y las popular­mente conocidas como «triangulares».

La mayoría de las lijadoras se puede controlar con una sola mano, por lo que resultan muy maneja­bles. Algunas, incluso, llevan incorporada una bolsa de aspiración o un dispositivo para acoplar a la aspiradora, lo que evita que el polvo se esparza en el sitio de trabajo.

Lijadora rotorbital

Permite un mejor acabado y, con el accesorio apropiado, puede pulir made­ras o metales, abrillantar pintura o satinar un lijado anterior. Su base es circular y describe dos movimientos: la base gira sobre sí misma al tiempo que realiza un movimiento circular, razón por la cual, entre los carpinteros, es conocida como lijadora de vaivén. Es más cara que el resto y algunos modelos son más pesados, por lo que es necesario usar las dos manos para desplazarla.

Lijadora delta

Multilijadoras, delta. Pueden encontrarse en los comercios bajo estas denominaciones. Son las más populares, asequibles y fáciles de usar. Básicamente, constan de una empuñadura y una base triangular con un fren­te puntiagudo, ideal para acceder a esquinas y rincones. Son especialmente útiles para lijar el fondo de cajones, estanterías, marcos de venta­nas o elementos de madera pequeños. Su poten­cia es limitada y no resulta rentable lijar super­ficies grandes con ellas, por una cuestión de tiempo y por el gasto de hojas de lija que supone. Deben reservarse para trabajos pequeños o como complemento para otros de mayor envergadura.

Lijadora de banda

Esta herramienta eléctrica es de la más pesada y las que mayor área de lijado presenta, por lo que es ideal para lijar o desbastar grandes superficies como tableros, puertas, escaleras e incluso pavimentos de madera de dimensiones reducidas. Es la más profesional y potente. Dos rodillos o cilindros incorporados en su base hacen girar la parte abrasiva. La dirección de lijado viene definida por el impulso de las manos. Al ser más pesada, se corre el riesgo de apoyarla más en unas zonas de la superficie que se está lijando que en otras, por lo que pueden quedar marcas.

Lijadora orbital

Su nombre deriva del movimiento orbital que describe al estar en funcionamiento. Independientemente del tamaño, la base de la lija es siempre rectangular y plana, e incorpora un patín de goma sobre el que se acopla la lija. Es la más versátil y práctica de todas las lijadoras, ya que puede utilizarse para trabajos de tipo medio como el lijado de muebles, cercos de puertas, tableros pequeños… La calidad del lijado depende del tamaño de la órbita y, algunas veces, es necesario hacer un posterior repaso a mano para eliminar las huellas que pueden dejar.

Cepillo eléctrico

Esta herramienta eléctrica , muy compacta y fácil de manejar, encaja en proyectos de carpintería algo más complicados que los que suele emprender un bricoman. El cepillo eléctrico está provisto de una suela metálica donde se ha practicado una abertura y por la que sale un cilindro provisto de dos cuchillas que giran a gran velocidad. Las principales operaciones que realiza son desbastar, rebajar y achaflanar madera.

A la hora de decantarse por el modelo más adecuado, es muy importante tener en cuenta la anchura de la base (o anchura de cepillado), la profundidad de cepillado por pasada y la profundidad de rebaje.

Por su complejidad el taladro eléctrico, la fresadora y las herramientas de corte describimos  en futuros artículos individuales.

Con esta presentación de herramientas eléctricas esperamos ayudar a todos los manitas a elegir las más adecuadas a sus proyectos.

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