Así funciona la copa menstrual

Seguramente nunca has pensado vivir tus reglas, prescindiendo de compresas o tampones. Te parecerá imposible, pues quédate con esto: Copa Menstrual. Es sin duda ninguna, la revolución en higiene íntima más importante de la historia, probablemente, como puedes ver a nosotras nos gusta y mucho.  

El uso de la copa ha ayudado a no tener que visitar el servicio catorce veces en un día para cambios de compresas o tampones. Además, una vez encontrada tu tamaño de copa, literalmente vas a pensar cómo has podido vivir sin ella, y en menos de lo que piensas vas a olvidar las compresas y los tampones. El uso de las copas menstruales además de favorecer el medioambiente, también favorecen y mucho a tu bolsillo, porque como media el gasto anual en higiene íntima ronda los 200 euros de media, mientras que, con unos 25 euros, tienes una copa que usándola y cuidándola como manda el fabricante te puede durar hasta diez años.  

Si te has lanzado y quieres probarla, te vamos a decir, la primera verdad: “el tamaño sí que importa”. En los primeros usos, no se sabe muy bien el tamaño que se va a necesitar. Hablando en general, podemos decir que hay dos tamaños; el primero es para esas personas que se están iniciando y sobre todo que no han tenido ningún parto vaginal, que es lo que va a hacer que necesiten el otro tamaño. En algunos casos, las que hay de iniciación pueden traer un hilito para poder extraerla sin dificultad. Entre los dos tamaños, hay una diferencia de capacidad, el primero es de unos 18 milímetros y el otro modelo es de 23, por lo que esto no puede suponer un problema porque la diferencia es mínima. Por otra parte, ahora llegan algunas copas especializadas para poder mantener relaciones sexuales de forma cómoda y sin manchados, este tipo tiene una capacidad muy superior a las anteriores, ya que llega a contener 35 mililitros y tiene forma como de cacito para facilitar la relación íntima. 

Es cierto, que inicialmente no suele ser un método atractivo, porque conlleva conocer tu cuerpo en uno de los momentos que menos te puede apetecer, y esto suele generar nervios. Se puede utilizar a cualquier edad, simplemente debes de atender a los tamaños y si no probar. Además del parto, la anatomía, la edad o el suelo pélvico puede condicionar el tamaño a usar, pero nada como preguntar a un especialista. 

Su colocación es sencilla, solo necesita que practiques. Las hay con aplicador y si no puedes introducirla un poco plegada, una vez dentro cubre el cuello del útero una vez abierta. Va en la zona más alta de la vagina, por lo que no suele conllevar desbordamientos salvo que no sea tu tamaño o bien no hayas acudido al servicio a tiempo para “descargarla”. En el caso de producir molestia, está claro que no está bien colocada, pero con calma, vuelve a empezar y veras como una vez esté en su sitio, ni te vas a enterar. Y no, no es posible que haga vacío, ya que tiene unas pestañitas para evitar esto precisamente. 

Anímate y prueba, verás como no hay vuelta atrás.